domingo, 4 de enero de 2009

Ventana

El resplandor ha llegado a mí ventana otra vez.  Mientras me deslumbra con su tenaz luz de mil velas  encendidas para el santo del pueblo, quien ha recibido 1000 mandas y las ha cumplido todas.
Eso me ha sucedido, como un santo he recibido solamente una manda y espero poder cumplirla. A pesar de que solamente veo por la ventana, cautivo como un naufrago en una isla paradisiaca repleta de comodidades y a la vez inservibles.
Tiempo atrás me sentí libre de pecados pero muerto en vida. La vida es para disfrutarla cometiendo barbaridades y al final no hay que arrepentirse de ninguno de ellos, si los gozas con intensidad estos se transforman en vida.
Sin duda la vida es vertiginosa, rápida, veloz  y extrema. Si fuera lo contrario estaríamos muertos. Así que no se arrepientan de nada y vive. Al arrepentirte mueres de a poco, hasta caer la peor de todas las muertes, la soledad.
La muerte es rectificadora, pero la soledad no rectifica nada.
Saludos a quien me inspira. Lo sabes.
Adiós-.